Mi protector
No existe la soledad cuando la compañía de un protector te ha sido obsequiada.
Mi protector
Tus hojas como manos extendidas. Crecías y respirábamos juntos.
Bailaste, tantas veces! Y te miré.
Bailé, tantas veces! Y me miraste.
El viento te visitaba
como un amigo amable, en ocasiones furioso.
Protagonista despeinado y turbulento en noches lluviosas.
Compañero apacible de estáticos presentes.
Escondite de grillos ardientes.
Testigo silencioso de vuelos fugaces.
Recuerdos de
curiosos palomos,
confiados
en tus ramas,
posados inmóviles,
con atentas miradas
en horas de la siesta
o en la mañana.
Inquebrantable,
mi protector,
el espíritu
que te sos-tiene.
Inquebrantable
el amor
que tus caricias al aire
moldearon dentro de mí.
Comentarios