Ahora somos uno. Somos dos al mismo tiempo. Estas palabras con la voz de tu interior. Este ser con tu cuerpo.
Por un instante.

7/1/15

gramaticalmente incorrecta

Fecunda, incierta
Camina revuelta.
Da vueltas, me mira
Me dice que revienta de tanta adrenalina.
Que no se borra del rostro la sonrisa.
Que llora  por gracioso y por apresurado;
que  lo automático le llega acompañado.

La lisergia se hace baba, carcajada;
la cara deformada, el brillo en los ojos;
Las costillas destrozadas.
Un camión de legos por encima,  
un castillo de arena, bruma
y agua tibia; y más calor
de la cintura para arriba.
El sol impera en el cielo
y las pupilas, cuando suben,
parecen contenerlo entero.

PRE.CIOSA. Está preciosa.
La confianza le inunda el ceño.
Relajado el cuerpo,
parece que siente que no tiene dueño.
Baila, salta; suena  la canción más bella;
dice fuerte  y escuchan todos:
que este es el día más feliz del mundo!
No para ella, para el mundo!
Que sigue girando...
hasta ser nuevo amanecer...
sin estrellas...
ni alegrías como éstas...

“¡Pero otro día siempre es vida.
 Eso nunca es motivo de agonía, no podría!”
Y también lo grita.
Va a caminar horas.
Y van a ser todas horas perdidas.
Y van a ser todas horas ganadas.
Y va a entender ahí mismo
que el tiempo es oro, que es cierto;
y que hay que perderlo bien perdido
para adorarlo como es debido.

Luego se hace tarde.
El abdomen pierde ese ritmo constante

De repente y no tanto,
de repente un tanto graduado;
revolotea una cosquilla,
que no es hambre,
no es sueño, ni ganas de amar.

Una cosquilla
del tamaño de un grano de sal
viaja hacia la mente que solo queda:
             EN BLANCO.
Una cosquilla del tamaño de un grano de arena
viaja hasta la planta de los pies y ella solo queda:
            A LA ESPERA.

Descansa. Pero su cara refleja
lo que vendrá al instante.
Nunca el escalofrío
fue así de poco espeluznante.
Nunca el mareo
fue tanto  DEJA VU.
Se da cuenta: es mareo repetido.
Fue vaivén por la mañana,
Fue deporte al mediodía,
Fueron olas rompiendo en su espalda erguida,
todas y cada vez.  
Fue la fuerza de sus piernas
y  sus saltos al revés. 
Y  las brazadas;  todo junto ahora, 
se transforma en sacudida 
cuando se va a acostar.
Por eso se sobresalta en la noche:
por tanto movimiento de día en el mar.