Ahora somos uno. Somos dos al mismo tiempo. Estas palabras con la voz de tu interior. Este ser con tu cuerpo.
Por un instante.

9/9/12

I
Cuando el pecho aprieta tan fuerte
que solo queda con-templar.
Y en la contemplación
lo otro y lo uno se funden.
Y en la fundición
está la Gran Iglesia.
El placer de la emoción
traducida en el pecho
como aire contenido.
Y se infla
hasta explotar el corazón!
Templar es
hacerse templo.
Y me templo.
Y sonrío.
Y agradezco;
como si de pronto la vida
ya no me perteneciera.

II
Las miro y pienso
y caigo en la cuenta,
son tan pequeñas mis manos!
que todo mi ser
se avergüenza.
Son tan pequeñas
todas las manos
que se torna irrisorio
hablar siquiera
de control.
Cierra puño/
abre puño/
Solo hay aire.
Nada esta en mis manos.
Abre puño/
Cierra puño/
encuentra pulgar.
Y allí mismo entiendo:
el primitivo
reflejo
de querer asir
es la expresa
busqueda de apoyo.
La mas hermosa de las vulnerabilidades.
La que confirma la más alegre de las reglas.
Que no estamos solos.










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