Descanso
El año se hizo siglo en un minuto. Corrí,
pero gateando. Como en los sueños.
Tenía la rapidez de una babosa
y la fuerza
de los bracitos
de un recien nacido.
La trompada
fue caricia;
la puteada
fue susurro.
Y la debilidad
que reside en la violencia
resultó evidente.
pero gateando. Como en los sueños.
Tenía la rapidez de una babosa
y la fuerza
de los bracitos
de un recien nacido.
La trompada
fue caricia;
la puteada
fue susurro.
Y la debilidad
que reside en la violencia
resultó evidente.
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