Epoca

Una muchacha tocaba las castañuelas y un muchacho terminaba la novela que compro esa misma mañana. En la barra del bar aquel tipo de traje armaba un tabaco y entre ella toda y sus zapatos, el humo espeso ascendia. El joven levantó el rostro. Boquiabierto, cejas alzadas; como viendo un fantasma. La nube casi blanca bailaba por todos los  rincones del escenario. Un aroma a chocolate rancio inundaba el ambiente. Media vuelta y taconeo; la muchacha gira para el grito final. El humo ya alcanzaba su palido rostro y él no podia contener su embalo. De un tiron por el brazo la ha alejado.
-¡Ha interrumpido el baile!, gritó el curdo de siempre
Ella parecía no comprender, abrió sus enormes ojos preguntándole con el silencio...El flamenco no es flamenco sin el último canto- susurró por lo bajo.

- El  humo hace visible al aire para que un alma pueda sentirte y tocarte. Hasta de ello te recelo. Cuando muera y sea yo aquella misma alma, que la nube bese tus labios y roce tus senos. Que ardan todos los fuegos a tu alrededor , pues seré el viento que avive las llamas y el aire que respire tu ser- recitó él.

Una mano sostenía el libro, abierto en la ultima página. La otra agarraba a la muchacha por la cintura. El alzó la vista para encontrar sus ojos. Ella, le correspondió. El terminó su novela y ella  la funcion, con un quiebre de caderas.
El guitarrero marcó los últimos acordes con toque airoso.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
wou! alllltas palabras le tiro el chabon!
Ci Ci ha dicho que…
el flaco es un campeoón, tiene buen ojo para novelas romanticas.

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