Por san telmo o palermo ya no sé... Pero me recordó el recuerdo, de primera cita. De tarde soleada en callecitas angostas de la ciudad. de constructor en vereda, de casa a medio terminar. Golpes. y los taladros... Hipnotico. Hipnotico. Tanto que me quedaria una eternidad en sus brazos. Mi primera última gran cita. Cuando yo propongo nuevos mundos él me recuerda esas costumbres olvidadas y asi es como mi vida se transforma en poesía.
Comentarios
Algo así como "la maquina divertida... es un viaje de ida". Me reí y volví a domir.
O lo soñé, o lo borraste, loco no estoy...¿o si? jajajaja
me descubriste, y ya que me debo a mi publico (!) cual mago de la galera, yo saco de vuelta ese post y te lo dedico a vos y al mono.