Rueda y cae
Si la mirada va hacia abajo, que caiga el cuerpo al mismo nivel. Pero si por el contrario, son los ojos, y no la coronilla, los que apuntan hacia arriba; si marca la barbilla el rumbo hacia adelante, que ilumine el hombre con su semblante el camino que se avecina. Porque no hay borde. No hay poste. No hay asiento donde descansar. Y las puertas doradas, luego del gran viaje, no se abrirán... A menos, que sea lo único que tiene; carne y mente: y que valga lo que es. Porque resuenan en las nubes que acompañan el camino, las palabras. Se escucha; y aún más alto se escucha: “De pesares,de tristezas me alimentan! De aquellos que ni en sueños extienden la cabeza, para ver más allá de la propia huella; que nada entienden de magnitudes, de longitudes ni fuerzas, me alimentan! De los que al alba despiertan y eluden reverencia, ante tamaña realeza floreciendo alrededor. De ellos me alimentan! Si tienen ...