-Ella se sienta en su silla. En el centro y entre vistas. Habla, se acomoda, responde con franqueza. Abierta, y recrea. Pero qué importa la franqueza, si la forma es la belleza! Limpia sale mi mirada, limpia de prejuicio. Claro que sí. No tendría menos ego que aquello que critico. Ego el mío, que me distancia de sentirlo. Asume protagonismo, construye su relato en el acto, se entiende a si misma en el fluir de sus palabras y regala una función. - "Qué decoro"- pensará la mayoría. "Es mentira si es actuado". Qué me dices de los momentos de vacío? -Ni el silencio es concepto unívoco. Y es el mismo para todos. El silencio en el teatro: Artificio! Dirán algunos. Exquisito! exclamarán los otros. Lo cierto es que es impulso. Es tan solo un punto. - ¿Vivir el momento "limpio de prejuicio"? - Por supuesto. Valoro el despojo. Valoro a quien para el arte no tiene secretos ni moral... Y moral! Y moral! Es moral y no por ello ser...